nació el 12
de enero de 1628 en la ciudad de París, dándose la curiosa circunstancia
de que el parto fue doble, ya que con él vino al mundo su gemelo.
Hijo de burgueses acomodados, tuvo una buena
infancia, empezando sus estudios en 1637 en el Colegio de Beauvais, que dejará
en 1643, para estudiar derecho. Al parecer fue un estudiante despierto que
tenía gran facilidad para las lenguas muertas.
Recibe su título de abogado en 1651.
En una vida tan dedicada al estudio,
dejándole escaso margen a la fantasía, resulta sorprendente que Perrault,
un nombre que siempre asociamos a la Caperucita Roja o a
La bella durmiente del bosque, muestre veleidades literarias cuando
en 1661, escribe su primer libro Los muros de Troya, según se
puede apreciar, nada infantil, ya que a lo largo de su burocrática y aburrida
existencia de funcionario privilegiado, lo que más escribió fueron odas, discursos,
diálogos, poemas y obras que halagaban al rey y a los príncipes, lo que le
valió llevar una vida regalada colmada de honores, que él supo aprovechar.
Hombre indudablemente hábil y con un
notorio sentido práctico, recibe la protección de su hermano mayor Pierre
y en 1654 es nombrado funcionario para trabajar a las órdenes de éste que
es Recaudador General.
En 1663 su posición mejora ya que asciende
cambiando de jefe, que es esta ocasión es Colbert, el famoso consejero de
Luis XIV, y en 1665, sigue progresando en su categoría laboral al convertirse
en el primero de los funcionarios reales, lo que le significa grandes prebendas.
Su buena fortuna la hace extensiva
a sus familiares, consiguiendo, en 1667, que los planos con los que se construye
el Observatorio del Rey, sean de su hermano Claude.
En 1671 es nombrado académico, y al
año siguiente, en el que contraerá matrimonio con Marie Guichon, es
elegido canciller de la Academia y en 1673 se convierte en Bibliotecario de
la misma.
Ese mismo año viene al mundo su primer hijo,
una niña, y luego, en el intervalo que va desde 1675 a 1678, le nacen tres
hijos más y su esposa fallece después del nacimiento del último.
En 1680, Perrault tiene que
ceder su puesto privilegiado de primer funcionario al hijo de Colbert.
A este sinsabor vienen a añadirse más
tarde otros de carácter literario-erudito, como la célebre controversia que
dura nueve años, empezando en 1688, y que le distancia de Boileau,
a propósito de una divergencia de opiniones que se traducen en su obra crítica:
Paralelo de los Ancianos y de los Modernos en el que se contemplan las
Artes y las Ciencias.
Luego
Boileau y Perrault firmarían la paz.
De todas maneras, estos problemas no
significan que la buena estrella de Charles Perrault declinase, ni
mucho menos; fueron sólo pequeños escollos en su camino.
El ilustre autor escribió un total
de 46 obras, ocho de ellas publicadas póstumamente, entre las que se halla
Memorias de mi vida. Menos los cuentos infantiles, toda su obra
la componen loas al rey de Francia en su mayoría, ya que Perrault jamás
luchó contra el sistema, lo cual le facilitó la supervivencia en una Francia
muy convulsionado políticamente y en la que los favoritos caían como las cerezas
maduras.
Ahora bien, de esas 46 obras, resulta
singular que sean Los Cuentos de Perrault o Cuentos de
mi madre la Oca -publicados en 1697-, los que hayan vencido al tiempo
llegando hasta nosotros con la misma frescura y espontaneidad en que un lejano
día fueran escritos, después de recopilados de la tradición
oral o de leyendas de exótico origen. Cuentos morales, indudablemente,
pero llenos de un encanto que perdura y que hace que nos preguntemos, recorriendo
la vida gris del escritor, cómo es posible que esas pequeñas y deliciosas
historias, narradas con un lenguaje sencillo, pudieran germinar en tan árido
entorno -haciéndonos olvidar sus odas y sus poemas, oportunistas mal que nos
pese-, para continuar siendo, a través de los años, las lecturas favoritas
de nuestra infancia.
Monsieur Charles Perrault
dejó este mundo, entre el 15 y el 16 de mayo de 1703, en París donde
había nacido, muy afectado en su vejez por la muerte de su hijo pequeño en
el campo de batalla, pero su memoria sigue vigente entre nosotros y mientras
haya un niño pequeño al que se le puedan leer sus cuentos, el escritor que
recreó Las hadas, Riquete el del Copete, Pulgarcito, Caperucita
Roja, La Bella durmiente del Bosque, Barba Azul, Piel de Asno, Cenicienta
y El Gato con Botas, seguirá vivo, acompañándonos.
Para más información:
Los libros de este autor que tengo en mi biblioteca son:
Barba azul
Caperucita roja
CenicientaCuentos de mamá oca
El gato con botas
Grisélida
La bella durmiente del bosque
Las hadas
Los cuentos de mamá oca
Los deseos ridículos
Piel de asno
Pulgarcito
Riquet el del copete
Caperucita roja
CenicientaCuentos de mamá oca
El gato con botas
Grisélida
La bella durmiente del bosque
Las hadas
Los cuentos de mamá oca
Los deseos ridículos
Piel de asno
Pulgarcito
Riquet el del copete
Para cualquier consulta podéis hacerla en mi correo electrónico: jortanav2@gmail.com
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