Ramón María del Valle-Inclán:
(Villanueva de Arosa, 1866 - Santiago de Compostela, 1935) Narrador y
dramaturgo español, cuyo verdadero nombre era Ramón Valle Peña. La
muerte de su padre le permitió interrumpir sus estudios de derecho, por
los que no sentía ningún interés, y marcharse a México, donde pasó casi
un año ejerciendo como periodista y firmando por primera vez sus
escritos como Ramón del Valle-Inclán.
De vuelta a España, se instaló en Pontevedra; publicó diversos cuentos y editó su primer libro, Femeninas
(1895) que pasó inadvertido para la crítica y el público. Viajó a
Madrid, donde entabló amistad con jóvenes escritores como Azorín, Pío
Baroja y Jacinto Benavente y se aficionó a las tertulias de café, que no
abandonó ya a lo largo de su vida. Decidió dedicarse exclusivamente a
la literatura y se negó a escribir para la prensa porque quería
salvaguardar su independencia y su estilo, a pesar de que esta decisión
lo obligó a una vida bohemia y de penurias.
Valle-Inclán con su mujer y una de sus hijas |
Tuvo que costearse la edición de su segundo libro, Epitalamio
(1897), y por esa época se inició su interés por el teatro. Una
folletinesca pelea con el escritor Manuel Bueno le ocasionó la
amputación de su brazo izquierdo. Con el propósito de recaudar dinero
para costearle un brazo ortopédico que el escritor nunca utilizó, sus
amigos representaron su primera obra teatral, Cenizas, que fue su primer fracaso de público, una constante en su futura carrera dramática.
En 1907, Valle-Inclán se casó con la actriz
Josefina Blanco y, entre 1909 y 1911, se adhirió al carlismo, ideología
tradicionalista que atrajo al autor por su oposición a la sociedad
industrial, al sistema parlamentario y al centralismo político. En 1910,
su esposa inició una gira por Latinoamérica en la que él la acompañó
como director artístico. Durante el viaje, la compañía teatral de María
Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza contrató a Josefina Blanco y, de
vuelta a España, estrenó dos obras de Valle-Inclán, Voces de gesta (1911) en Barcelona y La marquesa Rosalinda (1912) en Madrid.
A pesar de sus fracasos teatrales, hacia 1916 ya se le
consideraba un escritor de prestigio y una autoridad en pintura y
estética, por lo que el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes
lo nombró titular de una nueva cátedra de estética en la Academia de
San Fernando en Madrid. Esto supuso un alivio para su crónica escasez de
dinero, pero, por problemas burocráticos y la propia incompatibilidad
del escritor con la vida académica, abandonó muy pronto el cargo.
Invitado a París por un amigo francés (en 1915 se había declarado
partidario de los aliados, lo que lo llevó a la ruptura con los
carlistas), pasó un par de meses visitando las trincheras francesas,
experiencia que describió en La media noche. Visión estelar de un momento de guerra (1917).
La
década de los veinte significó su consagración definitiva como escritor
y un replanteamiento ideológico que lo acercó al anarquismo. Cuando, en
abril de 1931, se proclamó la segunda república, el escritor la apoyó
con entusiasmo y al año siguiente fue nombrado Conservador General del
Patrimonio Artístico por Manuel Azaña, cargo del que dimitió en 1932
para dirigir el Ateneo de Madrid.
En 1933, fue
nombrado Director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma,
ciudad en la que vivió un año. Enfermo, regresó a España y fue ingresado
en una clínica en Santiago de Compostela donde murió después de
manifestar su hostilidad hacia un gobierno de derechas.
La obra de Valle-Inclán
Su producción literaria es muy amplia y
compleja, porque si bien tocó casi todos los géneros, nunca se ciñó a
sus normas, y rechazó la novela y el teatro tradicionales. Estéticamente
siguió dos líneas: una, poética y estilizada, influida por el
simbolismo y el decadentismo, que lo inscribió entre los modernistas;
la otra es la del esperpento (que predominó en la segunda mitad de su
obra), con una visión amarga y distorsionada de la realidad, que lo
convierte, en palabras de Pedro Salinas, en "hijo pródigo del 98".
Entre 1902 y 1905, publicó las Sonatas,
su primera gran obra de narrativa y la mayor aportación española al
modernismo. La unidad de estas cuatro novelas recae en el personaje del
Marqués de Bradomín, una irónica recreación de la figura de don Juan,
convertido en "feo, católico y sentimental". En Flor de santidad
(1904), que sigue en la misma línea estética, aparece por primera vez un
tema en el que abundó a lo largo de su carrera: la recreación mítica de
una Galicia rural, arcaica y legendaria.
En sus tres novelas de la guerra carlista, Los cruzados de la causa (1908), El resplandor de la hoguera (1909) y Gerifaltes de antaño
(1909), su estilo se simplificó al despojarse de los adornos
modernistas. Por su profundización en los sentimientos individuales y
colectivos, la trilogía anticipó sus mejores obras posteriores. Tirano Banderas
(1926) es su novela más innovadora y se puede considerar como el primer
exponente del esperpento valleinclanesco. Su argumento es la crónica de
un dictador hispanoamericano, analizado como la fatal herencia que
España transmitió a América. No hay linealidad temporal, sino una serie
de cuadros que dan una visión simultánea de los acontecimientos que
acaecen en tres días.
Su obra narrativa se completó con El ruedo ibérico,
un ciclo novelesco cuyo objetivo era abarcar, en forma de novela, la
historia de España desde la caída de Isabel II hasta la ascensión al
trono de Alfonso XII. La muerte truncó este ambicioso proyecto, del que
sólo vieron la luz La corte de los milagros (1927), Viva mi dueño (1928) y la incompleta Baza de espadas
(1932). También aquí rompió la sucesión temporal y la narración se
asentó en cuadros, a veces muy breves, discontinuos e independientes,
cuya única conexión es el contexto histórico. El lenguaje, proveniente
del mundo de los toros y el teatro, con diversos registros idiomáticos
que van desde lo refinado a lo chabacano, acentuó lo grotesco de la
realidad que describió.
El teatro
La obra dramática de Valle-Inclán es
probablemente la más original y revolucionaria de todo el teatro español
del siglo XX, al romper las convenciones del género. En palabras de su
autor: "Yo escribo en forma escénica, dialogada, casi siempre. Pero no
me preocupa que las obras puedan ser o no representadas más adelante.
Escribo de esta manera porque me gusta mucho, porque me parece que es la
forma literaria mejor, más serena y más impasible de conducir la
acción". Se inició con Cenizas (1899) y El marqués de Bradomín
(1906), adaptaciones de dos de sus relatos. Todavía inscritas en el
estilo decimonónico teatral, manifestaron sin embargo rasgos muy
personales, como el gusto por el tema de la muerte, el pecado y la
mujer, y la importancia de lo plástico en las acotaciones escénicas.
Teatro "Valle-Inclán" - Madrid |
Las Comedias bárbaras, una trilogía compuesta por Águila de Blasón (1907), Romance de lobos (1908) y Cara de plata
(1922), constituyeron la primera gran realización dramática
valleinclanesca. En abierta ruptura con el teatro de la época tienen
como tema una Galicia feudal y mágica cuyo desmoronamiento se simbolizó
en la degeneración del linaje de los Montenegro. Retomó la mítica
gallega con El embrujado (1913) y Divinas palabras (1920), y utilizó como protagonistas a personajes populares y marginados. Sus obras más abiertamente modernistas son Cuento de abril (1909), Voces de gesta (1912) y La marquesa Rosalinda
(1913), aunque en ellas hay elementos que presagian el cambio de su
teatro, como la visión irónica y casi esperpéntica de una España ruda y
provinciana que contrasta con la cosmopolita y refinada Francia.
Valle-Inclán dio el nombre de esperpentos a cuatro obras: Luces de bohemia (1920), Los cuernos de don Friolera (1921), Las galas del difunto (1926) y La hija del capitán (1927), estas tres últimas agrupadas en el volumen Martes de carnaval (1930). El autor puso en boca del protagonista de Luces de bohemia,
Max Estrella, la explicación a la necesidad de crear un nuevo género
escénico: la tragedia clásica no podía reflejar la realidad española,
porque ésta se había convertido en "una deformación grotesca de la
civilización europea". El esperpento fue, pues, para Valle-Inclán una
moderna concepción de la tragedia.
Los libros de este autor que tengo en mi biblioteca son:
Beatriz (satanás)
Comedias bárbaras I - Cara de plata
Comedias bárbaras II - Aguila de Blasón
Comedias bárbaras III - Romance de lobos
Divinas palabras - Tragicomedia de aldea
El embrujado - tragedia en tierras de Salmes
El miedo
El ruedo ibérico I - La corte de los milagros
El ruedo ibérico II - Viva mi dueño
El ruedo ibérico III - Baza de espadas, fin de un revolucionario
Flor de santidad
Jardín umbrío
La guerra carlista I - Los cruzados de la causa
La guerra carlista II - El resplandor de la hoguera
La guerra carlista III - Gerifaltes de antaño
La lámpara maravillosa
La pipa de Kif
Ligazón
Luces de bohemia
Mi hermana Antonia
Prosa completa
Sonata de estío
Sonata de invierno
Sonata de otoño
Sonata de otoño - sonata de invierno
Sonata de primavera
Sonata de primavera - sonata de estío
Tirano Banderas - novela de tierra caliente
Vocabulario útil para luces de bohemia
Comedias bárbaras I - Cara de plata
Comedias bárbaras II - Aguila de Blasón
Comedias bárbaras III - Romance de lobos
Divinas palabras - Tragicomedia de aldea
El embrujado - tragedia en tierras de Salmes
El miedo
El ruedo ibérico I - La corte de los milagros
El ruedo ibérico II - Viva mi dueño
El ruedo ibérico III - Baza de espadas, fin de un revolucionario
Flor de santidad
Jardín umbrío
La guerra carlista I - Los cruzados de la causa
La guerra carlista II - El resplandor de la hoguera
La guerra carlista III - Gerifaltes de antaño
La lámpara maravillosa
La pipa de Kif
Ligazón
Luces de bohemia
Mi hermana Antonia
Prosa completa
Sonata de estío
Sonata de invierno
Sonata de otoño
Sonata de otoño - sonata de invierno
Sonata de primavera
Sonata de primavera - sonata de estío
Tirano Banderas - novela de tierra caliente
Vocabulario útil para luces de bohemia
Algunas frases de Valle-Inclán:
- Quisiera entrar en mí, vivir conmigo, poder hacer la cruz sobre mi frente, y sin saber de amigo ni enemigo, apartado, vivir devotamente.
- La ética es lo fundamental de la estética.
- Sobre la eterna noche del pasado se abre la eterna noche del mañana.
- La imagen más bella es absurda en un espejo cóncavo.
- Tuve miedo como no lo he tenido jamás, pero no quise que mi madre y mis hermanas me creyesen cobarde, y permanecí inmóvil en medio del presbiterio, con los ojos fijos en la puerta entreabierta. La luz de la lámpara oscilaba. En lo alto mecíase la cortina de un ventanal, y las nubes pasaban sobre la luna, y las estrellas se encendían y se apagaban como nuestras vidas.
- ¡Cómo encendiste mis deseos, cómo me hablaste del placer con tus trofeos de mujer!
- Soy aquel amante que nunca se muestra, muda en cada instante mi sombra siniestra.
- Lo mismo da triunfar que hacer gloria la derrota.
- Fui peregrino sobre la mar, y en todas partes pecando un poco, dejé mi vida como un cantar.
- ...
Para cualquier consulta podéis hacerla en mi correo electrónico: jortanav2@gmail.com
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