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martes, 4 de octubre de 2022

Juan Ramón Jiménez (1881 - 1958)

Juan Ramón Jiménez:


    (Moguer, 1881 - San Juan de Puerto Rico, 1958) Poeta español. Su lírica evolucionó desde las últimas derivaciones del modernismo hacia una poesía a la vez emotiva e intelectualista. Tras cursar el bachillerato en el colegio de los jesuitas de Puerto de Santa María (Cádiz), ingresó en la Universidad de Sevilla para estudiar derecho, carrera que abandonó para seguir su vocación artística.

    Aunque inicialmente quiso ser pintor, pronto se orientó hacia la poesía, animado por la lectura de Rubén Darío y de los escritores románticos. Sus primeras colaboraciones en la revista madrileña Vida Nueva fueron acogidas con entusiasmo por los modernistas, por lo que decidió trasladarse a Madrid en 1900 y publicar ese mismo año sus dos primeros volúmenes de versos, Ninfeas y Almas de violeta, títulos que le fueron sugeridos por Ramón del Valle-Inclán y Rubén Darío.

    De carácter melancólico y depresivo, la repentina muerte de su padre le causó fuertes crisis nerviosas que lo obligaron a pasar largas temporadas en sanatorios de Burdeos y Madrid. A esta época corresponden los libros Rimas (1902), Arias tristes (1903) y Jardines lejanos (1904), que configuraron una poética más en la línea de Gustavo Adolfo Bécquer, impregnada de musicalidad, nostalgia y amor por la naturaleza, con metros sencillos en los que predomina el octosílabo y un ritmo fluido.

    Entre 1905 y 1912 el autor vivió en su pueblo natal, entregado a la lectura y admirando la vida campesina andaluza. Este acercamiento al mundo rural se tradujo en un nuevo sentimentalismo que, sin abandonar la languidez inicial, se enriqueció con impulsos apasionados y juveniles. En los escenarios crepusculares de pálidos jardines, decadentes ensueños y estancias silenciosas, aparecieron por primera vez colores brillantes e imágenes de mujeres desnudas que tiñeron los versos de erotismo.
Sello conmemorativo de 30 ptas.


    En este período escribió varios volúmenes de orientación modernista: Elegías (1908-1910), Olvidanzas (1909), La soledad sonora (1911), Poemas mágicos y dolientes (1911), Melancolía (1912) y Laberinto (1913), así como el libro en prosa Platero y yo (1914), tierna elegía a un borriquillo que se convirtió en uno de sus textos más célebres. De regreso a Madrid conoció a Zenobia Camprubí, española educada en Estados Unidos, con la que se casó en Nueva York en 1916. La vitalidad y las constantes atenciones de Zenobia influyeron decisivamente en el nuevo rumbo que adoptó su trayectoria poética.

    Tanto en los Sonetos espirituales (1914) como en Estío (1916) se anunciaba un cambio formal que culminó en el Diario de un poeta recién casado (1917), escrito casi en su totalidad durante la travesía del Atlántico. Según declaró el autor, el constante movimiento de las olas le transmitió la obsesión por el ritmo y lo llevó a abandonar las estructuras estróficas tradicionales, y a cultivar el verso libre. Al mismo tiempo, la ornamentación modernista desapareció en favor de un lenguaje sobrio y desnudo, que huyó de la vaguedad y aspiró a la precisión absoluta.

    Muestra de ello son las composiciones de Eternidades (1918), Piedra y cielo (1919), Poesía (1923) y Belleza (1923), donde eliminó todo aquello que no tendiese a la esencia poética y a la plenitud espiritual y estética. Este giro hacia la «poesía pura» ejercería una gran influencia en la obra inicial de los poetas de la generación del 27, particularmente en Jorge Guillén, Pedro Salinas, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre. El autor intentó llevar al ámbito de la prosa las conquistas obtenidas en sus versos y escribió la serie de retratos líricos que integraron el libro Españoles de tres mundos (1942), aparecido en su mayor parte en la revista Índice.

Billete de 2000 pesetas con el autor
    Paralelamente, incitado por un afán de depuración máxima, sometió su obra a una permanente revisión. Fruto de esta inquietud son las colecciones de textos Unidad (1925), Obra en marcha (1928), Sucesión (1932), Presente (1933) y Hojas sueltas (1935), que incluyeron páginas susceptibles de ser reelaboradas con posterioridad.

    Tras la publicación de Cántico (1935), el estallido de la Guerra Civil interrumpió la labor creadora del poeta, que fue nombrado agregado cultural en Washington. Después de vivir en Estados Unidos y Cuba se instaló en Puerto Rico, donde enseñó en la universidad y se dedicó a retocar gran parte de su obra. A esta última época pertenecen los libros La estación total (1946), Romances de Coral Gables (1948) y Animal de fondo (1949), en los que la búsqueda de la belleza total se plasmó a través de una visión intelectualista y metafísica, en función de la cual su poesía se transformó en un "dios deseante y deseado", con conciencia de la divinidad y con manifestación inefable de lo eterno. Juan Ramón Jiménez fue galardonado con el premio Nobel de Literatura en 1956.

Los libros de este autor que tengo en mi biblioteca son:

Conciencia plena
Diario de un poeta recién casado
El otoñado
Estío
Eternidades
Jardines lejanos
La soledad sonora
Melancolía
Piedra y cielo
Platero y yo
Poemas mágicos y dolientes
Poesías II
Poesías varias
Río de cristal dormido
Sonetos espirituales

Referencia a "Platero y yo"


    Creo que por su importancia el libro por excelencia de este autor es "Platero y yo" y por ello bien merece hacer una referencia a esta obra.

    Trata sobre la vida de un burrito muy querido llamado Platero. Este asno está bajo el cuidado de un jovencito que lo quiere y lo trata como si fuese su mejor amigo. Por diversas razones, entre ellas la muerte de sus familiares, este muchacho no confía en las demás personas.


    La narración no tiene un orden cronológico, los capítulos recopilan y exponen experiencias y recuerdos vividos, que van y vienen, entre Platero y el narrador. Sin embargo, los hechos relatados transcurren en primavera y culminan en invierno, coincidiendo con las estaciones del año.

    El libro publicado en 1914, consta de 138 capítulos bastante breves y supone una fuente inagotable de recursos expresivos. Destaca por el manejo de la sintaxis y el empleo de un lenguaje rico en el que abundan adjetivos y recursos literarios como metáforas.

    El relato se puede considerar que es una especie de diario personal,  en el cual el autor expone parte de su vida durante la infancia, su forma de pensar y de actuar.
   
    La obra en sí no es un texto fácil como lectura infantil, ya que reflexiona sobre la vida, la enfermedad o la muerte. Asimismo, el libro está lleno de temas y valores implícitos como la amistad y el amor, la bondad, el dolor y el sufrimiento y sobre todo la soledad que acompaña al narrador y a Platero durante la obra. Por un lado, la soledad que tienen ambos personajes con respecto al resto del mundo y por otro lado, se presenta cuando el burro muere y el narrador queda vacío.

    Para terminar me gustaría citar las famosas y entrañables primeras palabras de este libro: "Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro..."





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